Esta semana he leído una noticia de una condena a un hombre por espiar a su expareja a través de una aplicación de móvil.
El Juzgado de lo Penal número 4 de Almería ha condenado a L.J.M.D. por un delito de descubrimiento y revelación de secretos en el ámbito de la violencia sobre la mujer después de que instalara en el móvil de su expareja una aplicación que le permitía conocer su posición, ver las llamadas que hacía y tomar fotos, vídeos y audios sin su consentimiento; práctica que realizó durante tres meses.
La sentencia, dictada en firme, impone al hombre una pena de prisión de dos años, si bien acuerda su suspensión con la condición de que no vuelva a delinquir. Igualmente, deberá abonar a la víctima una indemnización de 2.000 euros y mantenerse alejada de ella 200 metros durante tres años, periodo en el que tampoco podrá comunicarse con la mujer.
Según recoge el fallo, consultado por Europa Press, el hombre habría instalado en el ‘smartphone’ de la víctima, sin conocimiento de ésta, la aplicación ‘Cereberus’ dándose de alta en la página web de dicha aplicación.
Así, el hombre era capaz de «mantener controlado y vigilado el terminal y que puede realizar, entre otras funciones, la localización de la ubicación del teléfono móvil, conocer las llamadas efectuadas y recibidas por éste así como tomar fotografías y grabar vídeos y audios desde la cámara de dicho dispositivo».
El acusado habría instalado el programa en el móvil de la mujer el 4 de junio de 2012, de forma que aunque la relación cesó en el mes de agosto de ese mismo año, siguió haciendo uso de la aplicación hasta el 10 de septiembre para obtener información privada e íntima de su expareja sin que ésta fuese consciente de ello.
Como vemos en la noticia, la aplicación en concreto se llama Cereberus y de forma lícita es una aplicación de las llamadas «anti-robo» que nos permitiría:
- Iniciar rastreo: Nos permite localizar con exactitud nuestro teléfono y rastrear sus pasos. Se mantiene activo hasta que enviemos la orden de detener el rastreo.
- Recibir información del dispositivo: de poca utilidad (según los casos). Nos da una dirección IP y el operador y serial de la SIM.
- Bloqueo remoto: nos permite bloquear completamente el teléfono remotamente y que solo pueda ser desbloqueado por un código.
- Iniciar una alarma con un mensaje/ Mostrar un mensaje: Nos permite empezar a hacer sonar la alarma a todo volumen mientras se muestra un mensaje de nuestra elección. Un “La policía ha detectado que este teléfono es robado y está en camino” es muy efectivo.
- Obtener registro de llamadas/sms : Pues eso 😀
- Mostrar / ocultar la aplicación del menú: Para que los ladrones no la vean y no la desinstalen. Un poco exagerado pero a lo mejor puede servir.
- Borrado de memoria/SD: Para borrar remotamente todo nuestro contenido. Solo usar como último recurso.
- Grabar audio/ Tomar una fotografía: Una de las características más interesantes. Podemos configurar Cerberus para que si se quita la SIM o para cuando nosotros queramos, el teléfono tome una foto y grabe el audio de forma completamente silenciosa y nos envíe el contenido al correo. Funciona de maravilla (mirad la foto que he hecho aquí abajo)
La clave de la noticia estaba en que la persona en cuestión lo había instalado en el teléfono de su expareja sin su consentimiento por tanto tenía acceso a todos esos datos antes mencionados sin el consentimiento expreso de su expareja.
Cada vez es más común encontrarnos casos de parejas separadas con usos comunes de usuarios en registros de Apple, Google, etc. así que esto mismo podría pasar con la aplicación Buscar mi Iphone de Apple.