El pasado jueves tuve el honor de asistir como ponente a la Jornada organizada por el Ajuntament de Picassent, sobre Orientació i empreniment.
La idea de mi ponencia fue en todo momento contar mi «caso» personal, como pasé de trabajar en múltiples trabajos nada relacionados con la profesión actual a la que ocupo actualmente tanto en el palau de les arts, como en mi perfil como perito judicial telemático.
Quise insistir en un tema que a mí personalmente me ayudó, y que también sabía que generaría debate y cierta polémica entre los futuros profesionales. Siempre me gusta contar que cuando estaba en el máster de Redes Corporativa e Integración de Sistemas de la UPV, nos hicieron llegar una oportunidad para realizar una beca en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, así que nos pusimos todos a actualizar el curriculum para solicitar dicha beca.
Pues bien, mientras estábamos actualizando el curriculum mis compañeros le pegaron un vistazo al mío y todos coincidieron en:
¿Para que pones que has trabajado como repartidor de pizzas si es para un puesto de ingeniero?
En ese momento dudé bastante pero al final lo envíe con todos los trabajos que había realizado hasta el momento.
Meses más tarde, recuerdo estar hablando con mi jefe y que me dijese que uno de los motivos por los que me habían elegido a mí fue por que pensaron que si había trabajado en tantos sitios siendo tan joven, temas como disciplina, horario, sacrificio…. ya estarían implícitos en mi persona.
Por eso siempre digo que esas pequeñas cosas pueden decir mucho de nosotros. Puede que no encontremos de momento el trabajo de nuestra vida, pero todo lo que hacemos y sobretodo la forma en que hacemos las cosas dice mucho de nosotros.